El domingo Día de la Madre fue notorio... En el Programa de Aló Presidente un tema se puso en
el tapete: La zoofilia como alternativa
para la unión del colectivo... Los inquisitivos niños tomaron nota sobre un tema que deberá ocupar sus pensamientos,
sublimar su imaginación sobre los secretos mágicos para ser un superhombre. Hay
que ponerle fin a tantos tabúes, todo producto de los fabricantes de opio para los pueblos! Si en los próximos años los
niños no son capaces de interiorizar imágenes de sí mismos en relación a todas las demás bestias del reino salvaje que
articulen una neurogenesis efectiva, su salud mental en los próximos años se verá seriamente comprometida si
no se plantea abiertamente una terapia que descontextualice la realidad de los hombres verdaderamente virtuosos, que agudas
inteligencias prediseñaron con tanto tino! Como legado para el futuro de todos los latinoamericanos! Los niños... Si
es que algún día quieren formar parte de ese exclusivo club de hombres poderosos iconos del progreso, dotados con la mezcla
perfecta! Emularlos para gozar de todo ese amor, solidaridad, y merecido prestigio porque todos quieren ser como
Chávez; eso o ser la mediocridad que el resto de los hombres pueden ser... No dejó de ser revelador la competitividad, la satisfacción, el reto que iluminó
los rostros ese Domingo en los hombres del Presidente... Quien tuvo que hacer un esfuerzo sobre humano para no prolongarse en el tema... Lo que no es saludable porque
pequeñas capsulas impregnan la psiquis de conflictos en todos los presentes... Por ejemplo: en las damas con dificultad
para asumir el reto de generar competitivamente las adecuadas feromonas que le merezcan expresiones masculinas como las
manifestadas el Domingo Día de las Madres! Podría generar pequeños cuadros depresivos en su autoestima en relación a su natural
incompetencia; como también cuadros más positivos para las damas menos agraciadas en el marco hipotético comparativo sobre
un marco de probabilidades... ¿Es cierto eso que dicen que una mentira dicha un número de veces puede convertirse en verdad?
La abominación está en su gran momento! Señores la zoofilia puede convertirse en eso que nos una como sociedad, un nuevo sentimiento
de identidad y pertenencia; los
zoológicos podrían ser en el futuro el centro de reunión de las familias los domingos, con jaulas más acogedoras donde por
unas horas las familias puedan coleccionar memorias, estrechar nexos con el mono frustrado que llevamos dentro... Darle
paz... Superar esa patología en perfecta armonía llevándose así mismo a una nueva dimensión en las relaciones:
"Hombre animal y animales"… En especie de otra versión de Viaje a las Estrellas... La Frontera Final...
El día que un caballo perfectamente pueda ocupar la presidencia de la nación (verdaderamente revolucionario!). Porque
por el simple hecho de apenas tener dos genes de diferencia de los verdaderamente monos ¿No podemos ser monos realizados?
Apenas un 4% + nos diferencia del porcentaje de neocorteza cerebral. Los envidiados monos que tienen un 72% mientras que esa
naturaleza nos a otorgado un 76% como para llevar por siempre el recuerdo de que estuvimos cerca de ser monisimos! Sin embargo
tan lejos... Aló Presidente así como todos los demás programas deberían tener un aviso que diga que contiene lenguaje violento,
sexual, zoofilico, sado masoquismo, Sadoligth, New Sado Quismo Light. Para la audiencia en el extranjero, creo que hay que traer de Cuba profesores para que por cada hogar el hermano experto cubano pueda asesorar
a los padres y a los niños sobre el contenido del Programa Presidencial Dominguero...
No en vano en el antiguo Egipto los sumos sacerdotes consideraban al asno como una criatura maligna! Un ser
que debía representarse siempre atravesado por una vara celestial del lomo hacia el pecho (por cuestiones del Feng Shui),
de manera de condenar a permanente juicio a fin de proteger el espíritu de las congregaciones hace mas de 3500 antes de Cristo!
Algunos egiptólogos consideran que podría remontarse a más de
4.000 años antes pero seguramente serán cuentos chinos o de caminos de gente tan ignorante que seguro jamás
usaron un microondas! O jamás tuvieron un carro a gasolina… Por cierto Anubis era un excelente guía de los muertos hoy
en día estoy seguro que Anubis podría liderar a los muertos vivientes increíble todo lo que se puede conjeturar en un breve
espacio de tiempo. Den gracias a que el Padre envió a su Hijo Jesucristo y al Espíritu Santo porque sino fuera por él todos
podrían apreciar como desaparece y se hace polvo una y varias generaciones!!! Bendito y alabado seas Señor, Él que era, Él
que es y Él que vendrá!!!
En resumen el efecto terapeutico está garantizado
Atentamente
Marcos J.Criollo Cordero
Director y editor del Opus
Domus el periódico electrónico de Venezuela para el mundo
y autor del libro “Desde
la Tierra de Seth”, el cual será traducido a más de
20 lenguas. No en vano mi esposa y yo nos encargamos de diseñar los obsequios personales del señor Presidente.
Estamos a la espera
que nos confirme la audiencia Sr. Presidente!
El Toro, óleo de Marcos Criollo
1. El culto a los animales
Apis adorado. Escultura de
bronce de epoca tardía British Museum
"Que los hombres conozcan lo que es divino, que lo conozcan, eso es
todo. Si a un griego es el arte de Fidias lo que le trae a dios a la memoria, si a un egipcio se lo recuerda adorar animales,
a otro un río, a otro el fuego, a mí no me irritan esas divergencias. Basta que conozcan, que amen, que recuerden."
Máximo de Tiro
Los egipcios adoraron a los animales por representar teofanías (manifestaciones
de lo divino), usando sus formas familiares para demostrar lo que ellos pensaban sobre las verdades espirituales de la vida.
Estos animales representaron conceptos más trascendentes que su misma figura; son sus características esenciales, modalidad
de lo sagrado, las que los acercaron y unieron al hombre, al cosmos y a la sacralidad de la naturaleza. Los animales parecen
permanecer estáticos a través de sus generaciones, aparentemente no cambian, compartiendo en este sentido la permanencia fundamental
del universo y por ello mismo su elemento divino. El animal, como arquetipo, representa las capas profundas de lo inconsciente
y del instinto. Ellos representan los principios y las fuerzas cósmicas, materiales y espirituales. Eran el receptáculo de
la potencia divina. Es comprensible que el asombro y la admiración del hombre hacia los fenómenos naturales lo llevaran en
la época histórica a deificarlos; por ello no es ilógico que los animales, favorecidos con cualidades extraordinarias y además
más cercanos a él, fueran también elevados a esa categoría. Desde la protohistoria, Egipto estuvo dividido en nomos, muchos
de los cuales tenían como emblema un animal que en la época histórica se antropomorfizó, aunque hubo también dioses que desde
el principio se manifestaron sólo como hombres, como Atum, Ptah y Osiris o como objetos, el pilar Dyed y como plantas el Sicomoro.
Los egipcios adoraron a los animales en todos los períodos de su historia,
con mayores o menores grados de intensidad, siendo su culto parte integral de la religión egipcia. El culto oficial se dirigía
únicamente a un solo individuo de la especie y no todos los animales sagrados eran adorados en todos los nomos. Las creencias
se inician siendo extremadamente localistas, dándose el caso de un animal adorado en una región y odiado y perseguido en otra.
Por ejemplo tenemos al icneumón (mangosta) teofanía de Atum, que se alimentaba con los huevos del cocodrilo, por lo que en
las localidades en donde este saurio era sagrado, aquel animal no era querido y menos adorado.
El pueblo egipcio en general no tenía derecho a participar en el culto
a los grandes dioses, pero en cambio si podía visitar y ofrendar al animal sagrado, representante del dios en la tierra, que
generalmente vivía al lado del templo, en un establo o estanque especial, es decir que tenían trato directo con él. Estos
animales vivían con toda clase de comodidades en lugares especiales, al lado del templo. En ocasiones estos sitios estuvieron
ricamente decorados con oro, plata, ámbar y piedras preciosas. Se les alimentaba según sus preferencias, con las más suculentas
viandas y se les proveía de la compañía necesaria, de su misma especie y del sexo contrario. Los especímenes seleccionados
por sus marcas especiales, vivían felizmente hasta su muerte, después de la cual eran momificados y enterrados con todos los
honores. Se procedía entonces a la búsqueda de otra manifestación del dios.
Los principales animales sagrados fueron los toros, encarnación de
Ptah, Ra, Montu y Osiris y adorados en Menfis, Heliópolis y Hermonthis. La gata representante de Bastet de Bubastis. El carnero,
alma de Amón y de Jnum y adorado en Mendes, en Tebas, en Elefantina, en Esna y en Heracleópolis. El cocodrilo, Sobek cuyo
centro era Crocodilópolis y Kom-Ombo. Hathor representada por la vaca y adorada en varios templos, los más importantes en
Dendera y Afroditópolis y los halcones representantes de Horus en Edfú y Filae.
Desde épocas protohistóricas el hombre puso atención en determinados
animales. De la época Badariense (4500 AC, Alto Egipto) atestiguan este culto los cementerios de toros,
chacales, carneros y gacelas enterrados con toda clase de ceremonias y envueltos en sudarios de lino y esteras. En Heliópolis
se han descubierto entierros de gacelas muy semejantes a los entierros humanos, en cuanto a riqueza. Curiosamente cerca de
ellos había perros enterrados sin ningún cuidado especial. En la necrópolis de Merimde (4500 AC, Bajo Egipto) se han encontrado grandes cantidades de huesos de hipopótamo enterrados en
el suelo en forma vertical, en sitios que seguramente marcaban un lugar sagrado o al menos especial. Este animal llegó a ser
después una diosa muy popular entre el pueblo, diosa de las parturientas y de la lactancia, aunque alejada del culto oficial.
Y desde entonces, a través de siglos enteros, los animales fueron objeto de la veneración y el culto popular y oficial. De
diversas épocas, se han encontrado animales embalsamados que van desde un enorme toro hasta un pequeño abejorro. Es a partir
de la Dinastía XXI, en el Tercer Período Intermedio,
que los animales, antes vistos como manifestación de lo divino, son además venerados por sí mismos, especialmente el toro,
el cocodrilo y el gato. Ahora, en algunos casos, no se adora exclusivamente a los animales portadores de marcas especiales,
sino a toda la especie. Ello dio como resultado la gran cantidad de animales embalsamados que se produjeron, aunados a los
que se llevaban como ofrenda a los santuarios. Incluso, cerca de Saqqara, se encontraron tantas momias de gato que durante
años se usaron como abono para las plantas. En la Época Baja, después de las invasiones asiria y persa, el hombre perdió la
fe en los dioses lejanos que según parecía lo había abandonado y entonces volvió los ojos a los de carne y hueso, sus animales
sagrados. Pensaban que ellos no los abandonarían, pues estaban presentes en su vida diaria. Se han encontrado gran cantidad
de figuras de animales tanto en los templos como en las tumbas y en las casas habitación, de diversos materiales como bronce,
basalto, madera, lapislázuli y otras piedras preciosas y semipreciosas. En los templos y tumbas generalmente se colocaban
los de bronce, piedra y madera; los de piedras preciosas y semipreciosas servían como amuletos para la vida y para la muerte.
Las de las casa se hacían de fayenza.
El culto a los animales se transmitió a las sectas gnósticas que se
desarrollaron en Egipto durante los dos primeros siglos del cristianismo, resultando extraños dioses, como Abraxas (dios con
cabeza de gallo, cuerpo humano y piernas de serpiente) y Jolnubis (sol eterno con cabeza humana con siete rayos).
Cuernos, óleo de Marcos Criollo
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